RODOLFO FIERRO
EL HÉROE OLVIDADO
En alguna ocasión varios generales se quejaron ante Villa
del comportamiento de Fierro a lo que éste les respondió que el día en que él
mismo cayera en desgracia todos ellos lo abandonarían y el único que estaría a
su lado sería Fierro. Estas palabras fueron casi proféticas pues Fierro le fue
leal hasta la muerte.
Villa y Fierro eran dos personas muy diferentes y tal vez
por esto se complementaron tan bien. Villa tenía un carácter explosivo por lo
que a veces cometía locuras de las que luego se arrepentía mientras que Fierro
era muy tranquilo, meditaba bien las cosas y al final cometía mayores locuras
de las que nunca se arrepentía. Villa era abstemio y Fierro era un alcohólico
pegado siempre a una botella de Wisky, sobre todo antes de los combates. Fierro
bebía no para darse valor, él era ya valiente, pero se había acostumbrado tanto
a la bebida que ya no la podía dejar.
En la mente de Fierro todo se arreglaba con una bala y él no
se tocaba el corazón para repartirlas entre amigos y enemigos cuando surgía
alguna controversia o desavenencia, pero lo hacía no como Villa que estallaba
en el momento, sino que se tomaba su tiempo para pensar en la mejor manera de deshacerse,
literalmente, de ese problema. Matar no causaba en Fierro ningún remordimiento,
podía matar a muchos en batalla o podía matar a uno a sangre fría y enseguida
seguir con su vida. Cómo sería Fierro de desalmado que se ganó fama de asesino
en una época en la que matar estaba a la orden del día. El apodo con que lo
nombraban, a sus espaldas claro, no podía ser mas preciso: “El Carnicero”.
Rodolfo Fierro nació en el pueblo de Charay, cerca de El
Fuerte, Sinaloa. Hijo de padres indígenas, fue abandonado por su madre en la
casa donde trabajaba como sirvienta a los pocos días de nacido. Recogido y
después adoptado por los patrones de su madre, le dieron un nombre y el
apellido de la familia y lo integraron a ésta como si fuera uno más de los hijos
que ya tenían.
Rodolfo creció en el seno de una familia acomodada. Tuvo
educación y todas las facilidades que el dinero proporciona; le gustaba hacer
bromas a la gente lo que le granjeaba muchos amigos, sin embargo, algunas eran
tan pesadas que tuvo que responder por ellas a golpes. Siendo corpulento y
fuerte generalmente ganaba, aunque hubo quién le diera una paliza.
Se casó con una hermosa joven de buena posición llamada Luz
Decens. Su suegro lo introdujo al mundo de los negocios en donde no le iba nada
mal. Luego tuvo una hija y ahí comenzó su pesadilla.
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